El ácido hialurónico es un polisacárido, perteneciente al grupo de los glicosaminoglicanos, presente en los diferentes tejidos de todas las especies animales (en la matriz intercelular de los tejidos). Desempeña una importante función en la estructura de la piel, siendo responsable de la elasticidad de la misma, estabiliza las estructuras intercelulares produciendo la unión del colágeno y elastina. Tiene la capacidad de retener a su alrededor una gran cantidad de agua aportando volumen e hidratación a la piel. Con el paso de los años el contenido de ácido hialurónico de la piel desciende produciéndose una disminución de la hidratación y elasticidad de la piel. Este hecho puede demostrarse cuando se comprime la piel entre los dedos. En las personas jóvenes, la piel recupera en seguida su volumen original, pero, en cambio, cuando vamos siendo mayores, la capacidad de recuperación de la piel se reduce. Y es esta reducción de volumen que da origen a las arrugas.
El uso principal del ácido hialurónico en medicina estética es como material de relleno, utilizándose en implantes y rellenos. Este material, además de alisar los pliegues subcutáneos estimula la producción de colágeno, lo que multiplica y prolonga el resultado rejuvenecedor. Su utilización destaca en relleno y contorneado de los labios y pómulos, así como para alisar la frente y las marcas cutáneas aunque también se administra para reducir las cicatrices del acné severo y otros problemas cutáneos que ocasionen pérdida de piel.
La vida media del ácido hialurónico en la dermis es de un día siendo degradado por la enzima hialuronidasa. Los ácidos hialurónicos que se inyectan son previamente estabilizados para evitar que sean degradados por el calor o por las enzimas. A este proceso se le llama reticulación (cross-linking). Las propiedades que marcan las diferencias entre los acidos hialurónicos disponibles en el mercado son principalmente el grado de cross-linking y la concentración de hialurónico, ya que ámbos afectan a la estabilidad y longevidad, es decir a la duración del efecto del tratamiento. Por lo tanto los hialurónicos existentes en el mercado tienen distintas propiedades que afectan a su rendimiento y a sus aplicaciones en la práctica. Estas diferencias permiten a los médicos seleccionar el más apropiado para cada tratamiento. Todo esto se ve reflejado también en las diferencias en el coste del tratamiento, ya que como podemos comprobar, todos los acidos hialurónicos no son iguales y cuando vayamos a someternos a un tratamiento con hialurónico debemos informarnos previamente de la marca y del tipo de hialurónico con que nos van a tratar.
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